Avances pioneros: nuestro papel en la vacuna contra la poliomielitis

Precisión en entornos críticos 

En la lucha contra la poliomielitis, Johnson Controls desempeñó un papel fundamental, ya que ayudó a producir una de las vacunas más importantes de la historia. Nuestros controles ambientales mantuvieron las salas de incubación a una temperatura constante de 35 °C, una condición crítica para la producción segura y escalable de vacunas. 

Una crisis que conmocionó al mundo 

A mediados del siglo XX, la poliomielitis era una de las enfermedades más temidas en el mundo, especialmente entre los niños. Esta enfermedad vírica podía paralizar el sistema nervioso y no tenía cura. 

Entre 1948 y 1955, los grandes brotes causaron un miedo generalizado y cambiaron la vida cotidiana en Estados Unidos, Canadá y Europa. Según la Organización Mundial de la Salud, solo en 1952, Estados Unidos registró 57 628 casos de poliomielitis. Las familias evitaban las multitudes, las piscinas e incluso los parques infantiles para reducir el riesgo de infección. Los padres revisaban constantemente a sus hijos en busca de síntomas. Cada verano se vivía con el miedo a la enfermedad. 

Un gran avance y el entorno que hizo posible la producción de la vacuna 

El desarrollo de la vacuna contra la poliomielitis supuso un importante avance médico. A principios de la década de 1950, el Dr. Jonas Salk y su equipo desarrollaron una vacuna. Cuando se aprobó en 1955, Eli Lilly & Company se apresuró a ampliar la producción en sus instalaciones de Indianápolis. 

Johnson Controls (entonces Johnson Service Company) llevaba más de 40 años colaborando con la planta de producción. Consciente de la importancia de mantener unas condiciones ambientales precisas para la producción de vacunas, Johnson Controls instaló aparatos de regulación de temperatura críticos en las salas de incubación donde se cultivaba el virus. Allí, los productos de Johnson Controls mantenían la temperatura constante a 35 °C para producir esta vacuna que salva vidas. 

Según la Organización Mundial de la Salud, el control preciso de la temperatura era fundamental para la producción de la vacuna contra la poliomielitis, ya que garantizaba la inactivación completa del virus sin dañar las partes necesarias para desencadenar la respuesta inmunitaria del organismo. Los sistemas de Johnson Controls fueron fundamentales para mantener el entorno estable necesario, garantizando la eficacia y la seguridad de la vacuna durante su producción. 

Esa precisión permitió una producción constante y contribuyó a reducir los casos de poliomielitis en Estados Unidos hasta en un 90 % en solo dos años. 

De la ciencia que salva vidas a la infraestructura inteligente 

Ese momento supuso más que un hito: marcó nuestro impacto histórico. Nuestro compromiso con los entornos de precisión dio forma a uno de los mayores logros de la historia en materia de salud pública. 

Hoy en día, esa misma experiencia impulsa los avanzados sistemas de climatización, salas blancas y control de los modernos laboratorios farmacéuticos y las instalaciones de producción de todo el mundo, lo que garantiza entornos óptimos para descubrimientos revolucionarios. 

Y no se limita a la ciencia. Desde laboratorios de vacunas hasta centros de datos a hiperescala e instalaciones de investigación de alta seguridad, los entornos de misión crítica dependen de la estabilidad, el control y la confianza. Con una larga trayectoria en el apoyo a operaciones complejas, Johnson Controls ayuda a crear las condiciones en las que prospera la innovación y la infraestructura rinde al máximo. 

Desde avances en vacunas hasta infraestructuras inteligentes, Johnson Controls sigue ofreciendo precisión donde más importa.